La parentalidad positiva es el concepto que nos aproxima a una crianza basada en el respeto, la comunicación, la comprensión y el afecto. La suma de todo ello es lo que nos lleva a establecer una conexión más fuerte y saludable con nuestros hijos/as, permitiéndonos cuidar de su desarrollo emocional y social.
El respeto mutuo es uno de los elementos clave de la parentalidad positiva, de modo que, tanto progenitores como hijos/as han de respetarse y tener en cuenta las necesidades y emociones de cada parte.
Como familia es oportuno que puedas ofrecer un espacio seguro en el que el niño/a pueda expresarse abiertamente y se sienta escuchado/a, ya que, estarás haciéndole ver que sus emociones y pensamientos son válidos, por lo que su autoestima y confianza se verá reforzada positivamente. Además, estarás asentando una buena base para una comunicación honesta.
En línea con lo anterior, el reconocimiento y expresión de emociones se vuelve relevante tanto para progenitores como infantes. Por lo que, como familia, nunca está de más aprender y enseñar las emociones. Asimismo, tratar la gestión del estrés ayudará a toda la familia en el manejo de situaciones de conflicto, dando lugar a una relación más estable.
Comunicarse de forma efectiva es otro elemento idóneo para la práctica de la parentalidad positiva, ya que, se fomenta el diálogo constructivo y no se imponen ideas de forma autoritaria. Sin embargo, no se ha de olvidar que la escucha activa y la empatía son fundamentales para comunicarse de este modo.
Por otro lado, el refuerzo positivo se vincula mucho a la idea de criar desde la parentalidad positiva, pues se conoce que destaca por el reconocimiento y recompensa a los comportamientos positivos sin centrarse únicamente en cambiar los comportamientos negativos. Recuerda que, alegrarte y celebrar los grandes y pequeños logros de tu hija/o, refuerza su autoestima y le motiva a mantener de forma continuada el comportamiento aclamado.
El establecimiento de normas claras y concisas ayuda a tus hijos a comprender que se está esperando de ellos, pero es muy importante tener claro que la forma en la cual comunicamos las reglas tiene un gran peso para saber si estamos actuando desde la parentalidad positiva o no. De este modo, se entiende que sí sería parentalidad positiva cuando se expresan desde el respeto y comprensividad, además de dejar que hijos/as puedan tomar alguna decisión dentro del desarrollo de sus normas.
Por otra parte, pasar tiempo de calidad, participar activamente en actividades y vivir experiencias con tu hija/o va a resultar ser la gran clave para desarrollar la parentalidad positiva, debido a que vas a poder vincularte más con él/ella, crear recuerdos y fortalecer el lazo familiar.
En síntesis, la parentalidad positiva es un estilo de crianza que se aleja del autoritarismo y busca construir una relación sólida entre padres/madres e hijas/os, basándose en el respeto mutuo, el establecimiento de normas, el refuerzo positivo, la participación y la comunicación. Todo ello, deja como beneficio el bienestar familiar y la posibilidad de desarrollar a sujetos competentes y resilientes.
Artículo redactado por Milena, compañera de Pedagoqué.
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