5 cosas normales en un recién nacido por las que no debes asustarte

5 cosas normales en un recién nacido por las que no debes asustarte

Si estás leyendo esto, posiblemente te suene esta situación, bien porque la hayas vivido hace relativamente poco o porque estés planteándote qué hacer si te sucede: padres primerizos, hijo recién nacido, sales del hospital y de repente, en casa, te asalta un centenar de dudas.

Desgraciadamente, los niños no son muebles baratos de empresas suecas y no vienen con instrucciones para saber qué hacer en caso de que el tornillo FIXA no encaje, así que o recurres a internet, donde posiblemente encuentres información poco fiable o confusa, o sales corriendo a Urgencias para pasar un buen rato en una sala de espera y terminar recibiendo un informe que ponga “movido de consulta: patología no urgente”, con su posible reprimenda disimulada.

Así que aquí te traigo cosas que son completamente normales en un recién nacido y por las que no debes preocuparte (pero sí vigilar).

Mi bebé hoy no ha hecho caca / Mi bebé tiene diarrea

Las deposiciones en un recién nacido dependen de su alimentación y de haber eliminado completamente el meconio. Si estás leyendo esto, ya sabrás que el meconio son las heces generadas durante el embarazo, de aspecto negro y pastoso, que bien podría parecer petróleo. Puede estar un par de días o tres expulsando meconio, pero, luego, debería empezar con deposiciones normales.

¿Y qué son deposiciones normales?

Pues, prácticamente, cualquier cosa. ¿Dos al día? Genial. ¿Hoy no hizo caca? Sin problema. ¿Es amarilla y medio líquida? Como debería. ¿Que hoy fue verdosa y pastosa? Más de lo mismo.

Prácticamente, cualquier cosa se considera normal dentro de las deposiciones de un recién nacido. O, dicho de otra forma, prácticamente nada debe alarmarnos en cuanto a las deposiciones del bebé.

Pero… ¿qué debe alarmarnos?

Caras de dolor, sonidos de esfuerzo y deposiciones con mucha “forma”, casi de adulto. Eso sí, podría ser sintomático de estreñimiento y deberíamos consultarlo.

Encontrar restos extraños como sangre deben alertarnos.

Los niños no vienen con instrucciones para saber qué hacer en según qué caso

No incluyo aquí los típicos “hilillos” que hacen consultar muchas veces al Pediatra, porque son propios de la alimentación complementaria, cuando se alimentan ya de más cosas que simple leche y es más frecuente encontrar restos alimenticios en las heces.

También, muchas deposiciones en un día, que podrían apuntar a una diarrea. Y, si bien la diarrea como tal es solo incómoda, puede derivar a cosas más graves como deshidrataciones, que es lo que de verdad nos va a preocupar.

Tendremos que vigilar, pues, un nivel de actividad normal, que siga haciendo con frecuencia pises, que tenga húmeda la boca y los ojos, una piel elástica, … Todo eso son signos de que el cuerpo sigue teniendo suficiente agua y que no le pasa nada por hacer alguna que otra deposición de más (salvo, quizá, una irritación local en la zona del pañal).

A mi bebe le salen mocos por un ojo

Por más que le laves ese maldito ojo, esa legaña sempiterna no se le termina de ir. Se la quitas y a los 5 minutos, ahí la tiene otra vez. Y encima, solo en un ojo. ¿Por qué será? Pues es porque está terminando de “desenvolverse”.

El parto es el momento más complicado, desde el punto de vista fisiológico, para un ser humano. Pasa de no respirar por su vía aérea, a tener que hacerlo; de estar rodeado de un líquido calentito y a oscuras, a estar en contacto con el frío aire y la luz cegadora; de comer y “hacer pis y caca” por la barriga, a tener que poner en funcionamiento otros 3 orificios diferentes; … Y así con infinidad de cosas. Nunca sufrimos un cambio tan brutal como el que sucede al salir del útero. Y eso, se tiene que notar.

Uno de los sitios donde se nota es en el conocido como conducto lagrimal, una de las maravillas de la anatomía que conecta nariz con ojo. Si bien ahora mismo no nos importa su función, si es importante saber que conecta estos dos órganos y que su disposición es vertical, en paralelo a la nariz, porque así entenderemos qué pasa y como solucionarlo.

Por resumirlo mucho, tu bebé es incapaz de gestionar todo el moco normal que tiene y le sale por donde puede. A veces será por la boca, otras por la nariz y, quizá, algo por un ojo. Es normal. Ahora bien, tienes trabajo por delante, porque deberás estimularle el conducto para drenarlo, es decir, vaciarlo.

Vídeos con la técnica hay muchos, incluso puedes consultar a tu pediatra al respecto, pero con que sepas que usando el meñique, aplicando una ligera presión entre el ojo y la nariz, haciendo un movimiento circular y terminando hacia abajo, siguiendo la dirección de la nariz, es más que suficiente, pues estarás ayudando a que tu bebé madure esa zona y deje de tener el molesto moco en el ojo.

¿Y cuánto tiempo puede estar así?

Esto dependerá de la cantidad de moco y de la destreza haciendo el masaje, pero es normal que esté uno, dos o incluso tres meses con esas secreciones. Mi consejo es observar, hacer el drenado y comentarlo en cada visita que se hace al Pediatra en el Plan del Niño Sano, no tanto buscando una solución inmediata, sino que quede registrado para que, si es necesario, se derive a Oftalmología.

Estas han sido las dos dudas más frecuentes que yo me he encontrado en Urgencias con los recién nacidos, pero tengo listas otras 3 más para la siguiente parte. ¿Y tú? ¿Tienes alguna duda que crees que debería resolver? Déjala en los comentarios y quizá haya parte 3.

Daniel Ardura | Enfermero de urgencias especializado en urgencias pediátricas

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