Mi hijo/a tiene problemas de comportamiento

Mi hijo/a tiene problemas de comportamiento

Para que te hagas una idea y no pienses que tu caso es un caso aislado o que sois bichos raros, se estima que uno de cada cinco niños tendrá algún tiempo de problemas de comportamiento a lo largo de su vida, especialmente durante la adolescencia.

Por lo que, antes que nada, puedes quedarte tranquilo/a y respirar, ya que es algo muy común en su desarrollo y forma parte de él. Pero lo cierto es que depende de nuestras acciones, de nuestras respuestas a esos comportamientos inadecuados, que se agraven o se reconduzcan de manera adecuada. Por ello, en este artículo quiero ofrecerte algunos indicadores para que consigas detectar si tu hijo/a tiene problemas de comportamiento y alguna pauta para que puedas poner en práctica desde ya.

Signos de alarma, ¿cómo identifico si mi hijo/a tiene problemas de comportamiento?

  • Se observa baja tolerancia a la frustración. Es decir, se frustran cuando algo no sale cómo a ellos les gustaría o como ellos esperaban. Esta mala gestión de la frustración se puede ver muy bien cuando las figuras de apego establecen límites a situaciones concretas.
  • Son impulsivos en sus respuestas y sus conductas. No piensan antes de actuar y eso les genera conflictos en diferentes entornos.
  • Les cuesta comprender a los demás y empatizar con ellos.
  • Tienen una baja inteligencia emocional, con escasez de recursos para gestionar los conflictos y baja o nula gestión de sus emociones (emociones muy intensas, les desbordan).
  • Se sienten atacados a menudo y responden con un estilo de comunicación agresivo, a través de gritos o amenazas.
  • Pueden aparecer conflictos en la escuela debido a su comportamiento, por lo que su rendimiento académico puede disminuir.
  • Pueden llegar a mentir para conseguir lo que quieren.
  • Tienen baja autoestima, por lo que casi siempre están a la defensiva, especialmente con las personas de su entorno más cercano.

¿Por qué actúan así?, ¿es fácil cambiar estos comportamientos?

No te vamos a mentir, ofrecer alternativas a estos problemas de comportamiento es fácil, pero que los pongan en práctica es un proceso largo y complejo, que dependerá en muchas ocasiones de la implicación del niño.

Pero me gustaría destacar la importancia del trabajo con la familia. En estos casos es muy común pensar que el único que tiene que hacer cambios es nuestro hijo, pero eso no es así. Nosotros, como sus figuras de referencia, deberemos mirar hacia dentro, ver qué errores podemos estar cometiendo, qué cambios podemos realizar nosotros a nivel personal y en nuestras dinámicas familiares, qué se está haciendo mal en la puesta de límites, qué tipo de apego tenemos con nuestro hijo, qué tipo de estilo educativo tenemos nosotros…

¿Por qué actúan así?, ¿es fácil cambiar estos comportamientos?

Y ahí, cobran mucha importancia los profesionales. Es necesario que os acompañen tanto a vuestro hijo/a como a vosotros durante todo el proceso, ofreciéndoos estrategias y pautas para mejorar la situación y, finalmente, la vida familiar.

Algunas pautas que puedes poner en práctica

  1. Siéntate con tu hijo/a y recuérdale las normas establecidas en casa, la importancia de cada una de ellas, permítele negociar alguna y establecer consecuencias si estas no se cumplen.
  2. Recuerda que no se trata de castigos eternos y desproporcionados. Es importante establecer las consecuencias con anticipación, para que tu hijo/a pueda saber qué ocurrirá si no cumple alguna de esas normas. No se trata de castigos, sino de CONSECUENCIAS de nuestros actos.
  3. No le juzgues. No lo hace para fastidiarte. Probablemente, no sepa responder de otra manera… Buscad ayuda si la necesitáis.
  4. Recuerda que eres su ejemplo y que no le puedes pedir que no tenga un comportamiento si tú también lo tienes. ¿Qué pensaría tu hijo/a si le pides que no te grite, pero tú lo haces constantemente? El mensaje que le mandarías es muy confuso.

Hasta aquí las pautas y los consejos. Si tienes cualquier duda no dudes en contactar con nuestro equipo y pedir una primera entrevista para valorar tu caso. Recuerda que también tienes el taller de conducta que te puede ayudar a enfocar tu caso.

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