¿Qué puedo hacer para gestionar los conflictos con mis hijos/as?

¿Qué puedo hacer para gestionar los conflictos con mis hijos/as?

A menudo me escribís mensajes con el fin de preguntarme cómo gestionar vuestras discusiones y conflictos en casa con vuestros hijos, en especial con los adolescentes. Por eso hoy quería hablaros de algunas técnicas de autocontrol que podemos utilizar cuando surgen discusiones en casa. Pero antes, me complacería hablaros de algunas cosas que me gustaría tuvierais en cuenta:

  1. Aunque muchas veces os parezca así, lo que les pasa NO es en contra vuestra. Recordad que están en una etapa de autodescubrimiento, de dudar de todo y de todos, de desafiar las normas… no es contra vosotros, es una forma de descubrir quiénes son realmente y es una etapa completamente necesaria.
  2. El cerebro adolescente, como habla Daniel J. Siegel en su libro “Tormenta cerebral: El poder y el propósito de ser adolescente”, en dicha etapa valora mucho más la satisfacción que le produce un hecho o una situación que las consecuencias negativas de esta. Es una fase completamente normal que debemos tener en cuenta.
  3. Es importante que negociéis límites y normas desde que son pequeños. Estos deben ir adaptándose a la edad y a la etapa en la que nos encontremos. Es necesario que se consensúen tanto las normas y límites como las consecuencias.

3 técnicas de autocontrol que puedes utilizar durante el conflicto

  1. STOP PENSAMIENTOS NEGATIVOS. Si prestamos atención a nuestros pensamientos durante un conflicto, nos daremos cuenta de que, por lo general, tienden a generar más tensión. Por eso, debemos intentar hacer el ejercicio de identificarlos y procurar cambiarlos por otros. Por ejemplo, cambiamos “este niño se está riendo de mí” por “lo está haciendo lo mejor que puede”.
  2. APLAZAMIENTO DE LA RESPUESTA. Muchas veces durante una discusión decimos cosas de las que nos arrepentimos o que generan más tensión y lo complican más todo. Por ello, una de las técnicas que podemos utilizar es APLAZAR LA RESPUESTA para un momento donde estemos más tranquilos y podemos hablar mejor las cosas.
  3. TIEMPO FUERA. Podemos salir de la situación e irnos a hacer algo que reduzca nuestro enfado, por ejemplo, salir a dar un paseo, subir y bajar escaleras, tomar un poco el aire… Algo que realmente nos sirva para relajarnos y alejarnos del conflicto para no empeorarlo.

¡Espero que os gusten y que las pongáis en práctica! Nos leemos.

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