¿Cómo sé si mi hijo/a tiene dislexia?

Detectando la dislexia

Sois muchos los que me preguntáis cómo podéis saber si vuestro hijo/a tiene dislexia. Estáis preocupados y queréis obtener más información para descubrir bien en qué aspectos debéis fijaros más.

Lo primero que tenéis que conocer es que diagnosticar una dificultad de aprendizaje (dislexia, discalculia, disgrafía o disortografía) no es tan fácil. Requiere de una evaluación psicopedagógica muy exhaustiva. Una buena elección de las pruebas que se van a utilizar para cada caso particular, observación por parte del profesional donde recabará la mayor información posible.

Y algo muy importante que no siempre se tiene en cuenta es que  para diagnosticar la dislexia, las dificultades no pueden desaparecer cuando se recibe un apoyo determinado. Por ello, el diagnóstico como tal se debe concretar una vez que se comprueba que las dificultades son persistentes o transitorias y se pueden analizar la magnitud de estas dificultades. Es decir, se debe confirmar el diagnóstico tras intervenir.

Por lo que, como veis, es algo más complejo de lo que parece. Pero sí es cierto que podemos detectar y observar desde edades iniciales algunos signos de alarma que nos permitirán intervenir de forma temprana para PREVENIR (que es lo más importante) la aparición de este tipo de dificultades o, al menos, disminuir el desfase respecto a su edad.

Por lo que te recomiendo que, si has observado alguna señal de alarma y tienes dudas, habla con el orientador del colegio/instituto de tu hijo/a y pide por escrito una valoración. 

¿En qué signos de alarma puedo fijarme?

En educación infantil es de vital importancia ver estos signos para poder intervenir lo antes posible:

• Comete errores al repetir o pronunciar palabras largas.
• Confunde palabras parecidas.
• Le cuesta encontrar las palabras cuando habla.
• Tarda en identificar rimas, dividir las palabras en sílabas…
• Le cuesta aprender los colores, las letras, las figuras…
• Le cuesta escribir su nombre.
• Parece que olvida las letras que ya se ha aprendido.
• Se distrae con facilidad.
• Es más lento en la ejecución de tareas del día a día.
• Tarda en aprender a coger el lápiz.
• Es torpe en actividades de trazo.

En primaria algunas de las cosas que podemos observar son:

• Comete errores de generalización de verbos: puesto/he “ponido”.
• Confunde conceptos temporales.
• Le cuesta organizar las historias y sucesos.
• No asocia los sonidos con la grafía de las letras.
• Tarda en aprender a leer.
• No aprende las tablas de multiplicar.
• Rechaza tareas de lectoescritura.
• Comete errores de precisión a leer/escribir.
• Rendimiento académico bajo.
• Lectura lenta e insegura.
• Errores en escritura.
• Baja calidad en la redacción.
• Dificultad para resolver problemas matemáticos.
• Mala comprensión lectora.
• Dificultades en inglés.

En secundaria podemos detectar:

• Aparecen titubeos al leer y sustituye palabras.
• Comete muchos errores al escribir, sobre todo en ortografía.
• Le cuesta sintetizar la información.
• Estudia de memoria.
• Se eternizan las tareas.
• Se pierde y necesita preguntar por deberes y fechas de exámenes.
• Se bloquea en los exámenes y no le da tiempo a terminar.
• Bajo rendimiento a pesar del esfuerzo.

Recordad que identificar u observar estos signos de alarma NO es igual a tener una dificultad de aprendizaje. Pero sí que nos ayudan a descartar lo más pronto posible la posibilidad.

¡Espero que os haya gustado el artículo! Recordad que si tenéis cualquier duda podéis poneros en contacto conmigo a través del correo o del Instagram.

Ver mas publicaciones