Guía para padres: cómo ayudar a tu hijo con dislexia 1

Guía para padres: cómo ayudar a tu hijo con dislexia desde casa

En todos estos años trabajando con niños con una dificultad específica de la escritura y/o la lectura (dislexia) y sus familias veo lo mismo, padres y madres desesperados por poder ayudar a sus hijos/as desde casa, trabajando esas dificultades. En miles de ocasiones me comentan: “Nerea… ¿nos recomiendas algún cuadernillo para trabajar en casa?”, “Yo le obligo a leer todos los días pero es que a veces se niega completamente”…

Y vaya por delante, que yo sé que la intención de toda familia es buena. Sé que queréis lo mejor para vuestros hijos, pero yo siempre respondo lo mismo: no. Si necesito que hagáis alguna actividad específica durante la semana, os la daré yo misma y os explicaré pasito a paso cómo debéis hacerla. Si os mando comprar un cuadernillo para hacer refuerzo desde casa podemos confundir al peque, ya que como familia no se tienen unos conocimientos profesionales básicos para guiar y orientar a los niños con tales dificultades.

Por otro lado, aunque la lectura es muy importante, es contraproducente obligar a los niños a leer. Lo único que conseguiremos es que rechacen aún más la lectura, y a pesar de que para ellos es algo que ya de por sí es complejo, necesitamos que cuando lo hagan disfruten y se diviertan, por lo que nuestro objetivo principal es encontrar esa conexión emocional con la lectura, algo que no alcanceremos si les obligamos.

Dislexia

¿Y entonces, no podemos hacer nada desde casa?

 ¡Por supuesto que sí! Hoy os hablaré de algunas cosas que podéis hacer desde casa que favorecerán la intervención y mejorarán vuestra relación con los peques:

  • Entiende cómo funciona su cerebro con dislexia.

Lo primero que tienes que tener en cuenta es que el cerebro de tu hijo funciona de manera diferente al de una persona que no tiene dislexia, y eso supone que tú, como papá o mamá, tienes el deber de informarte acerca de esto para poder comprender a tu hijo de manera adecuada y ofrecerle apoyo. Eso no significa que tu hijo sea menos inteligente que otros, de hecho, uno de los criterios diagnósticos para detectar la dislexia es que no existe bajo ningún concepto una discapacidad intelectual. Incluso pueden existir comorbilidades con alta capacidad.

  • Valida sus emociones y ofrécele opciones.

Muchas veces nos va a costar comprender el rechazo que tienen hacia cualquier tarea relacionada con la lectoescritura, pero simplemente se debe a sus grandes dificultades para asumir estas tareas. Los procesos a nivel cognitivo que realiza una persona normolectora, son mucho más fluidos que los que realiza una persona con dislexia, por lo que el desgaste es mayor. Valida siempre si se siente frustrado, cansado, si no quiere… hazle saber que estás a su lado y que entiendes cómo se siente.

  • No critiques su forma de leer.

Es normal que a veces silabee, cambie de orden ciertas sílabas, invente palabras o las anticipe, su lectura sea más lenta y poco precisa. Y sé que lo primero que te gustaría ver en cuanto a avances es que esta lectura mejore de manera notable, pero es importante que sepas que en cualquier proceso de reeducación lectoescritora, además de que las mejorías son leves y lentas, la lectura es uno de los aspectos en los que más tardamos en notar estos avances. Es muy importante asentar las bases antes de trabajar la lectura de manera concreta y ese será un trabajo y un objetivo importante en toda intervención de dislexia.

  • Refuerza cada pequeño avance.

El proceso de intervención en dislexia es largo y lento en la mayor parte de los casos, muchas veces a las familias os cuesta ver los avances, ya que los profesionales nos centramos en objetivos muy concretos y vosotros buscáis ver los avances en aspectos más observables. Si tienes dudas sobre estos avances, confía en el pedagogo de tu hijo y coméntale todas tus dudas para mantenerte tranquilo y confiado en el proceso.

  • Reduce tus expectativas.

En muchas ocasiones, por desinformación y no saber exactamente qué es la dislexia, esperamos de nuestros hijos cosas que no pueden darnos en este momento. Por ejemplo, a nivel de rendimiento académico. Si tengo un hijo con dislexia lo más probable, aunque no sucede siempre, es que existan dificultades en la lectura y en la comprensión, por lo que eso podría repercutir a su rendimiento en muchas de las áreas académicas.

Compartir

Deja una respuesta

Explorar más