Durante este tiempo, la educación tal y como la conocíamos ha cambiado. Ha supuesto nuevos retos para aquellos que pertenecen al panorama educativo, obligando a alumnos, familias, docentes y directivos a salir de la zona de confort. A raíz de esta situación, se ha hecho mucho más visible la necesidad de cuidar el bienestar emocional en las aulas.
La influencer Nerea Riveiro, pedagoga infantil y juvenil especialista en atención temprana, vislumbra un horizonte esperanzador en la educación. Hace balance de lo aprendido este año y pone en valor la educación emocional como factor imprescindible en la actualidad.
Índice del artículo
ToggleEmociones, reflexión y aprendizajes durante el confinamiento
- ¿Qué hemos aprendido durante este periodo?
Creo que hemos aprendido lo vital y necesario que es la socialización para todos, especialmente para los niños. El uso de las mascarillas y el distanciamiento social han hecho que muchos peques con dificultades en las habilidades sociales y la gestión y expresión de sus emociones, lo pasen mal. Por eso, ahora que podemos devolver la situación educativa a la normalidad, debemos darle el valor que merece todo lo emocional.
- ¿Puede ser esta una oportunidad para mejorar los métodos de enseñanza y aprendizaje?
Por supuesto. Ahora podemos replantearnos la forma en la que ofrecemos el aprendizaje a los peques para hacerlo más adecuado a sus intereses y necesidades reales. Además, ha sido también una oportunidad para los docentes, porque hemos aprendido a hacer nuestras clases más interactivas y motivadoras.
- ¿Qué papel juegan las nuevas metodologías en el cuidado de las emociones?
En las nuevas metodologías basadas en una aprendizaje en el que el alumno es mucho más protagonista, las emociones juegan un papel fundamental. No se trata de enseñar únicamente lo que aparece en el currículo, sino de enseñar valores y habilidades para la vida. Las nuevas metodologías nos permiten trabajar la gestión emocional de forma natural, desarrollando alumnos mucho más estables mentalmente, independientes y seguros de sí mismos.
- ¿Qué habilidades se necesitan para cuidar el bienestar emocional de los alumnos?
Lo primero es cuidarse a uno mismo. Si tú no tienes bienestar mental y emocional es imposible cuidar el de otros. Requiere de paciencia y mucha empatía trabajar con alumnado con problemas de conducta que, en realidad, no dejan de ser dificultades con la gestión emocional.
La tecnología como herramienta motivadora para el aprendizaje
- ¿Qué competencias digitales crees que tiene que manejar un docente para estar a la altura de las circunstancias?
Evidentemente, un docente debe saber ofimática básica. Pero no podemos quedarnos ahí. Hay multitud de plataformas que ofrecen recursos para hacer nuestras clases más interactivas y que nos ayudan a llevar el juego y las dinámicas a nuestro día a día.
- ¿Qué cambios metodológicos supone la transformación digital?
Lo importante es utilizar la tecnología como herramienta motivadora para el aprendizaje y aprovecharnos de todo su potencial. No se trata solo de llevar la educación tradicional a los recursos virtuales, sino hacer partícipes a los alumnos de las actividades. Aprender es divertirse, no una obligación.
- ¿Cuán importante es para ti compartir con otros docentes?
Fundamental. Por eso creé mi red. Compartir es todo lo contrario a competir, a pensar quién lo hace mejor. Por eso, es fundamental mirarnos y tratarnos con cariño entre profesionales.
Con los pies en la tierra y la mirada en el horizonte
- La mirada al futuro nos invita a participar de una educación ligada a la convivencia y a compartir conocimientos. ¿Qué destacarías en la tutorización de la formación?
Una formación no debe quedarse en la relación docente-alumno. Hay que intercambiar opiniones y experiencias con otros compañeros a pesar de que la metodología sea online. Es muy bonito ver cómo tus alumnos aprenden los unos de los otros a través del intercambio.
- Nos encontramos ante un gran cambio en el panorama educativo, la LOMLOE. Uno de los temas que está más en auge ante la llegada de la nueva ley es el perfil de salida. ¿Cómo es esa persona ideal a la que aspiramos?
Como nosotros queramos. Las preguntas que debemos hacernos son: ¿a qué tipo de persona quiero educar? ¿Qué adulto quiero para el futuro? ¿Quiero personas con la mirada abierta, sin prejuicios y que fomenten el respeto? Entonces tengo que seguir un camino muy concreto, el de la educación inclusiva.
- ¿A qué tipo de personas quieres educar?
Si pudiera elegir querría educar a personas valientes, seguras de sí mismas, justas y con la mente abierta. Nos emperramos en que los niños nos necesiten para todo, les decimos lo que está bien y lo que está mal y tomamos decisiones por ellos constantemente. Yo no quiero eso y lo cambiaría desde ya. Quiero educar personas que aprendan a tomar decisiones importantes, que aprendan de sus errores y entiendan que todos nos merecemos las mismas oportunidades.